Amanecer de un nuevo día: Fuerte aprobación del presidente electo

Retrospectiva de Bush revela prolongado y abrupto deterioro

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Los últimos resultados de la encuesta de PublicMind de la Universidad de Fairleigh Dickinson revelan que el Presidente saliente George W. Bush mantiene sus índices históricamente bajos entre los votantes de New Jersey, mientras que Presidente electo Barack Obama asume su cargo con altos índices.

En reflejo del cambio en la administración presidencial y las expectativas de los votantes, el 34% de los residentes de New Jersey dice ahora que el país va por el camino correcto, un aumento con respecto al escaso 13% registrado antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Asimismo, el 52% opina que el país va por la senda equivocada, una disminución con respecto al 78% registrado antes de las elecciones de noviembre. Dicho cambio se refleja mucho más entre demócratas e independientes que entre republicanos.

El Presidente electo Barack Obama llega a la toma de posesión de su cargo con una amplia aprobación: el 72% de todos los votantes aprueba la manera en que está realizando su transición a la presidencia, mientras que apenas el 10% la desaprueba “Es tradicional que los presidentes entrantes gocen de la buena voluntad de los votantes”, dijo Peter Woolley, politólogo y director de la encuesta. “Con todos los problemas acuciantes de la agenda pública, este presidente la necesitará”. Además de que cuatro de cada cinco demócratas (82%) aprueban los esfuerzos de transición de Obama, también cuenta con la aprobación de casi tres de cada cinco republicanos (58%).

La mayoría de los votantes (51%) piensa que la economía seguirá “casi igual” en los próximos seis meses. Aquellos que piensan que las cosas empeorarán (17%) en seis meses son superados en número por los que dicen que las cosas mejorarán. Pero el presidente electo tendrá que lograr más que lo que ha logrado el presidente saliente en lo que hace a abordar los problemas económicos. Apenas el 31% de los votantes dice que aprueba los esfuerzos del gobierno por hacer frente a la crisis financiera, mientras que el 54% los desaprueba. La desaprobación llega a todos los niveles de ingresos e ideologías.

“Lo que es sorprendente —dijo Woolley— es el contraste entre la gigantesca escala de la intervención del gobierno y la decepción del público. El presidente actual agotó su capital político antes de que sobreviniera la crisis económica”.

Los votantes también se muestran en desacuerdo en cuanto al rescate de los fabricantes de automóviles: el 48% dice que se opone a prestar dinero del gobierno a General Motors y Chrysler, mientras que el 42% apoya dicha medida. “El argumento con respecto a si financiar o no y por cuánto a los fabricantes de automóviles no va a desaparecer por un largo tiempo”, dijo Woolley. Los votantes culpan a las mismas compañías, más que a Wall Street, como la causa de los problemas de los fabricantes. Sólo el 13% dice que Wall Street y la mala economía son responsables de las dificultades financieras que atraviesan estos fabricantes, mientras que el 43% apunta a la gerencia de las compañías como la principal causa del problema, y otro 13% acusa a los sindicatos.

En los últimos días de su mandato, el presidente saliente sigue atascado en la desaprobación. Apenas el 21% aprueba la forma en que el Presidente Bush desempeña su trabajo, mientras el 70% la desaprueba. El 21% de aprobación ha aumentado en realidad cinco puntos desde justo antes de las elecciones, una diferencia que se refleja en el hecho de que la mitad de los republicanos (50%) aprueba ahora al presidente, mientras que alrededor de un tercio (36%) lo desaprueba. Antes de las elecciones de noviembre, estas cifras estaban invertidas: la mitad de republicanos desaprobaba a Bush y alrededor de un tercio lo aprobaba (el 37%).

Seguimiento del presidente durante sus dos mandatos

La encuesta de la Universidad de Fairleigh Dickinson siguió las vicisitudes políticas de Bush en el Estado Jardín durante ocho años. En las semanas posteriores a los ataques terroristas que tuvieron lugar en Nueva York y Washington D.C., aumentaron rápidamente los índices de aprobación del presidente: el 91% de los votantes de NJ aprobó la forma en que abordó los ataques contra el Centro de Comercio Mundial y el Pentágono, incluyendo el 67% de los demócratas; el 73% aprobó su gestión de la economía luego de los ataques, incluyendo el 65% de los demócratas; y en general, el 84% aprobó la labor que realizaba George W. Bush como presidente. Un año más tarde, el 58% de los residentes de New Jersey vio con buenos ojos el hecho de que los Estados Unidos emprendiera una acción militar contra Irak para derrocar a Saddam Hussein. Aunque los demócratas estaban divididos respecto a este tema —el 45% de acuerdo y el 43% en desacuerdo— los independientes lo aprobaron por un 55% a un 32% y los votantes republicanos por un 76% a un 13%.

La popularidad del cuadragésimo tercer presidente estuvo estrechamente asociada con la percepción que tenía el público sobre la guerra en Irak. En abril de 2003, después de las etapas iniciales de la invasión, el 67% de los votantes de New Jersey opinaba que estuvo bien ir a la guerra en Irak, y el 80% decía que la guerra iba mejor de lo esperado. Al mismo tiempo, el 62% de los votantes calificó el desempeño del Presidente Bush como “bueno” y “excelente”, y la mayoría (55%) dijo que el país avanzaba en la dirección correcta.

Pero en septiembre de 2003, se produjo un cambio radical. La mayoría de los votantes (55%) calificó la labor del Presidente Bush como “apenas aceptable” o “deficiente”, y casi la mitad (47%) dijo que los esfuerzos militares de los EE.UU. en Irak estaban yendo peor de lo esperado. La mayoría (54%) todavía creía que había estado bien intervenir en Irak, pero el porcentaje de residentes de New Jersey que pensaba que la guerra era un error se había elevado del 23% al 40%. Además, una mayoría (52%) de los votantes del Estado Jardín dijo que el país iba “por la senda equivocada”.

Con la captura de Saddam Hussein en diciembre de 2003 y algunas buenas noticias económicas, el presidente recuperó cierta popularidad y en enero de 2004 una escasa mayoría (51%) juzgó su desempeño como “bueno” o “excelente”. Pero esa fue la última vez que una mayoría de residentes de New Jersey consideró la administración de Bush desde una perspectiva favorable. En julio de ese mismo año, por primera vez, una mayoría de los votantes (48%) concluyó en que ir a la guerra en Irak fue un error. Durante el resto del segundo mandato de Bush, las opiniones negativas sobre la guerra impregnaron su presidencia y hundieron lentamente sus índices de aprobación.

En las últimas semanas de la campaña presidencial de 2008, con el país en crisis económica, la aprobación del presidente llegó a su punto más bajo del 16%, y su desaprobación alcanzó el nivel más alto con el 76%. Más de tres cuartas partes de los votantes (78%) dijo que el país estaba en la senda incorrecta. Y mientras que el 52% manifestó que el esfuerzo militar en Irak iba bastante bien o muy bien, el 63% dijo que la invasión de Irak fue un error.

Después de dos mandatos, George W. Bush deja su cargo con un índice de desaprobación del 70% entre los votantes del Estado Jardín. “Los votantes tienden a recordar los presidentes por sus peores momentos, más que por los mejores”, dijo Woolley. “Su legado se asociará no sólo a una guerra prolongada en Irak, sino a la crisis económica”.

La última encuesta de la Universidad de Fairleigh Dickinson entre 1170 votantes registrados de todo el estado se llevó a cabo por teléfono del 2 al 7 de enero de 2009 y tiene un margen de error de +/- 3 puntos porcentuales.

Contact: Peter Woolley 973.670.3239

For more information, please call (973) 443-8661.



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